Bueno ya tenemos aquí el (por nuestra parte) esperado análisis de Skyrim. Ha sido galardonado no hace mucho en los VGA como mejor juego del año, así que no podíamos fallar nosotros a la hora de analizarlo. Sí, lo sé un poco a destiempo pero es que uno tarda lo suyo en patearse el juego entero además soy muy susceptible a la escarcha aa a... atchúuus.
Pues sí porque Skyrim es uno de esos juegos en los que te sumerges de lleno, tanto que sientes la brisa en la piel y la nieve hasta las rodillas, pero nada te detiene: quieres alcanzar la montaña que se dibuja vagamente en el horizonte, entrar en una mazmorra y saquearla, conocer a un NPC que nos ponga misiones, sobrevivir a una emboscada de bandidos, encontrar una espada legendaria... la sensación y las ansias de aventura nunca terminan en Skyrim.
Tu nombre es: Dovahkiin
Que en la lengua de los dragones significa "el nacido del dragón" y por ello contamos con la capacidad de absorber las almas de los dragones caídos además de un talento innato para dominar el Thu'um o grito, pero de eso hablaremos más adelante. Os relataré ahora los primeros pasos de la aventura.
Como marca la tradición empezaremos el juego y tendremos que crear a nuestro personaje, primero elegir qué raza queremos ser de entre todas las disponibles: alto elfo, elfo del bosque, elfo oscuro, khajita (hombres gato), argoniano (hombres lagarto), orco, bretón, nórdico, imperial o guardia rojo. Luego le damos el aspecto que más nos guste y lo bautizamos (no te preocupes, aunque le llames Rencesvinto Flores seguirá siendo Dovahkiin).
Estamos en el prólogo de la aventura, vamos a ser ejecutados cuando de repente un dragón entra en escena, huimos entre la confusión y cuando salimos de la fortaleza en la no que nos iban a dar matarile es cuando de verdad empieza el juego. Ponemos un pie fuera y divisamos unas montañas, con sus picos nevados y brumosos con la aurora boreal jugueteando entre ellos. De la montaña más alta baja un río que va a parar a un pueblo situado en un escarpado valle... si amigos es el Creation Engine en toda su gloria.
Virtual Geographic
Ya mencionado entonces el Creation Engine (el motor responsable de tales maravillas), nos pondremos a hablar así de primeras del apartado gráfico de este juego que sin duda es sublime como podéis ver en la imagen aunque tiene unos pocos "peros": algunas texturas fallan cuando te acercas a ciertas cosas, en algunos puntos (tejados sobre todo) hay veces que la nieve parece un pegote además de los clásicos popping y jagging inevitables en un juego de semejante tamaño. Entre sus virtudes cabe destacar el realismo y belleza de los parajes que vamos visitando lo que conlleva el 99,99% del juego así que le perdonamos lo de las texturas en cuanto vemos el sol dorar la tundra.
Como ya debéis imaginar en este juego la madre naturaleza viste sus mejores galas y nos la presentan de una forma viva y dinámica debido a la cantidad de fenómenos que tienen lugar en el juego: luces y sombras perfectamente distribuidas, cielo estrellado, la ya citada aurora boreal...; pequeñas cosas que hacen de este juego algo muy especial en el que da gusto sentarse en el tocón de un árbol mientras observamos el paisaje y paladeamos una jarra de exquisita hidromiel.
La vida en Skyrim
Durante nuestro periplo nos toparemos con cientos de personajes en cientos de situaciones distintas y que nos pondrán miles de sub-misiones, para descansar de la impresionante historia principal (con finales alternativos), que pueden ir desde limpiar una cueva de bandidos, recuperar un objeto, convencer a alguien de algo. Como la vida misma. Además también nos encontramos con los míticos gremios de los Elder Scrolls que nos pondrán todavía más misiones y nos recompensarán de la misma forma que en anteriores entregas.
Pero está claro que las misiones no serían lo mismo si no vinieran acompañadas de un control cómodo, y exquisito y sencillo a la vez (gatillo derecho - mano derecha, gatillo izquierdo - mano izquierda). Los otros botones son los típicos de un juego: interacción, salto.... Además, como en la anterior entrega de la saga, el juego cuenta con un sistema de elementos favoritos para que podamos acceder de manera rápida a los ítems o hechizos que más empleamos.
Aunque la cosa que más llama la atención es el sistema de subida de experiencia y nivel ya que nos sumerge todavía más en el juego. De hecho nos haremos más poderosos conforme vayamos "viviendo". Sí sí, se acabó lo de ir a matar cucarachas para ganar esos 18 de experiencia que te faltan para subir de nivel. Forjad un espada, sobrevivid a una cruenta batalla, tened una agradable conversación, leed un libro y subiréis de nivel. También es vital entrenarse en cada una de nuestras habilidades más utilizadas (18 en total) como pueden ser: lucha a una mano o a dos, arquería, pericia con el escudo, magia de alteración, restauración, destrucción, discreción, alquimia, elocuencia... etc, las cuales se irán incrementando por un sistema de rutina. Cuanta más magia uses, más poderoso serás con ella.
Por cada nivel que subamos podremos elegir incrementar nuestra cantidad de magia, salud o aguante en 10 puntos, escogiendo además una ventaja (o perk para los veteranos) que desbloqueará nuevas habilidades para nuestro personaje. Hay más de 200 ventajas de las que podremos elegir 50 y que están englobadas dentro de las habilidades con las que tengan relación. Por ejemplo, para que podamos desviar incluso la magia con nuestro escudo es necesario tener cierto nivel con él y luego elegir esa ventaja.
Por si no fuera suficiente, en Skyrim contamos con una ventaja adicional, y es que somos un "nacido de dragón". Nuestra sangre, aparte de hacer saltar todas las alarmas en un control antidopping, nos otorga una serie de ventajas como la de desencadenar una debacle con sólo pronunciar una palabra. Estos gritos los encontraremos en jeroglíficos repartidos por todo el mundo aunque eso sí, no podremos emplear su poder hasta que absorbamos el alma de un dragón y la empleemos para tal fin.
El Fuuaaaaa... ups perdón el Fus, nuestro primer grito.
Para rematar
Debido a la inmensidad del juego me es casi imposible no dejarme algo en el tintero o a no contaros algo de forma casi esquemática, así que espero que podáis perdonarme y os cuento algunas cosas sueltecillas:
- El juego cuenta con un sistema de creación y mejora de ítems el cual aumenta su profundidad y duración, ya que podremos incluso extraer mineral, fundirlo y luego forjarlo.
- La alquimia también está bastante chula: mezclaremos componentes (previamente ingeridos para conocer sus efecto) y crearemos pociones de diversos tipos como las típicas de salud u otras menos ortodoxas como la de invisibilidad.
- Las batallas contra dragones (excepto las de la historia principal) surgen en lugares y momentos aleatorios y tienen bastante componente épico.
En resumen
- Gráficos. El paisaje y las personas rebosan realismo y detalle pero algunas texturas, a veces, matan.
- Jugabilidad. El sencillo control y el concepto de juego hacen que sea un juego en el que da gusto pasarse el día entero.
- Música. De ambientación muy lograda, seguro que alguna vez os sorprendéis a vosotros mismos tarareando la canción de Dovahkiin.
- Duración. Infinita, sobre todo con la implementación del sistema de generación de misiones que le ha agregado Bethesda (infinito también)
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